Sobre las 11 y media de la noche del pasado jueves la víctima se encontraba en una zona de esparcimiento del parque Etxebarria próxima a la plaza del Gas cuando percibió que algo más arriba, en dirección a los campos de fútbol, había un grupo de jóvenes. Sintiéndose en riesgo, intentó irse uno de los magrebíes bajó corriendo, la agarró y la forzó a subir a donde estaba el resto del grupo. La víctima fue amenazada con una pistola antes de ser agredida.
Según la chica, la violaron los seis, todos ellos de origen magrebí. Luego, le dieron 17 euros y la abandonaron en el lugar. Cinco de ellos se fueron en dirección a Begoña, y otro hacia la zona aledaña al Ayuntamiento.
La mujer, que declaró no conocer a ninguno de los violadores, pudo llegar a su casa por su propio pie y tras relatarle a su madre el suplicio que había padecido, ambas se desplazaron por sus propios medios al hospital de Basurto. Fue allí donde los médicos, siguiendo el protocolo habitual en estos casos, dieron la voz de alarma a la Ertzaintza. Eso ocurrió alrededor de las 2.00 de la madrugada de ayer.
Ante la brutalidad de la agresión, y la posibilidad de que sus presuntos autores fuesen armados, se desplegó un importante dispositivo de búsqueda coordinado entre la Policía Municipal de Bilbao y la Ertzaintza. El dato fundamental fue la descripción ofrecida por la chica del individuo que la había raptado en primera instancia y la había subido donde estaba el grupo. En cuando divulgaron por la emisora sus rasgos y, sobre todo, que lucía el tatuaje de un ave en su cuello, un uniformado de la Guardia Urbana lo identificó como un elemento bien conocido de la Policía por varios antecedentes de reyertas ocurridas, sobre todo, en el entorno de la calle Cortes. De hecho, fuentes policiales revelan que hace sólo unas semanas se le incautó un arma simulada.